martes, 31 de mayo de 2011

Paradoja de Jevons - La explicación de porqué los avances tecnológicos no podrán revetir el fin de la era industrial

La paradoja de Jevons, denominada así por su descubridor, William Stanley Jevons, afirma que a medida que el perfeccionamiento tecnológico aumenta la eficiencia con la que se usa un recurso, lo más probable es que aumente el consumo de dicho recurso, antes que disminuya. Concretamente, la paradoja de Jevons implica que la introducción de tecnologías con mayor eficiencia energética pueden, a la postre, aumentar el consumo total de energía.

En su obra de 1865 titulada The Coal Question (La cuestión del carbón), Jevons observó que el consumo del carbón se elevó en Inglaterra después de que James Watt introdujera su máquina de vapor alimentada con carbón, que mejoraba en gran manera la eficiencia del primer diseño de Thomas Newcomen. Las innovaciones de Watt convirtieron el carbón en un recurso usado con mayor eficiencia en relación con el coste, haciendo que se incrementara el uso de su máquina de vapor en una amplia gama de industrias. Ello, a su vez, hizo que aumentara el consumo total de carbón, aunque la cantidad de carbón necesaria para cada aplicación concreta disminuyera considerablemente.

La observación de Jevons no es una paradoja lógica, pero sigue siendo considerada como una paradoja por los economistas pues se opone a la intuición económica de que la mejora de la eficiencia permite a la gente usar menos cantidad de un recurso.

La paradoja de Jevons formalmente dice: aumentar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo pero incrementa el uso del modelo lo que provoca un incremento del consumo global.

Matemáticamente la paradoja de Jevons se expresa de la siguiente forma:

Si Ef > Ei

entonces Cf < Ci

pero Ci * Ei * Ni << Cf * Ef * Nf

puesto que Nf >> Ni

donde:
C es el consumo instantáneo,
E es la eficiencia en el consumo,
N es el número de consumidores,
i es el estado inicial,
f es el estado final.

Los partidarios del decrecimiento económico emplean esta paradoja para defender sus tesis en las que opinan que es necesaria una parada en el progreso tecnológico que ven más como una huida hacia adelante que como un verdadero progreso. Así, por ejemplo Serge Latouche explica: las disminuciones del impacto y de contaminación unitarias se encuentran sistemáticamente anuladas por la multiplicación del número de unidades vendidas y consumidas.

Referida al consumo de energía, la paradoja se suele denominar «efecto rebote».

Fuente: Wikipedia


LA PARADOJA DE JEVONS Y LA FALACIA DE LA SOSTENIBILIDAD

James Watt mejoró con sus innovaciones la máquina de vapor hasta conseguir un modelo, salvando las distancias evolutivas, semejante a uno actual. Con su trabajo, mejoró principalmente la eficiencia en relación al coste, ya que para hacer funcionar su máquina, era necesario menos carbón. Esta evolución tecnológica orientada a una reducción de costes para aumentar rendimiento, acabó en un incremento del uso de la máquina, con lo que generó un crecimiento en la demanda de carbón.

Se trata de una paradoja poco lógica ya que es opuesta a un pensamiento común. Usando términos general, al mejorar los procesos de producción con la tecnología, se obtienen menos coste en la fabricación y además un mejor producto final. Esta ecuación hace que ante un decrecimiento inicial de los recursos necesarios para su fabricación, éstos sufran posteriormente un incremento paralelo al aumento del uso del producto.

“Aumentar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo pero incrementa el uso del modelo lo que provoca un incremento del consumo global”. Este concepto es acuñado dentro de la denominada paradoja de Jevons, formulada a mediados del siglo XIX.

Trasladando la paradoja hacía ejemplos actuales, existen datos reales dónde puede verse con claridad los elementos explicados por esta paradoja. Uno de ellos tiene relación con el consumo de energía y su relación directa con el PIB de un país. Tanto si mantiene una evolución creciente o decreciente, son indicadores que van a la par en el tiempo. Afectados por las evoluciones tecnológicas, ya que la mejora de un proceso acabará por influenciar sobre sus recursos productivos incrementando su demanda.

En la actualidad, podemos representar claramente esta paradoja con el sector automovilístico. En la mayoría de compañías se invierten grandes cantidades en la mejora del consumo de los motores, conociendo la dependencia histórica con el petróleo. La evolución de los motores ha sido espectacular, reduciendo el consumo y aumentando el resto de prestaciones como la potencia o la durabilidad. Los vehículos necesitan menos recursos para que funcionen, por lo que la demanda de combustible, a priori, tendría que verse reducida. Por el contrario, todas estas mejoras en los motores, obviamente junto con otros aspectos, han incrementado una demanda significativa de carburante total.

Bajo este argumento, la sostenibilidad que abanderan muchas compañías podría ser cuestionada bajo este pensamiento. Es debido a que las mejoras de la eficiencia y rendimiento de motores, electrónica o mecánica, cuando evolucionen para facilitar su uso, reducir consumo o proporcionar mejor resultado, generaran un incremento de su demanda a medio / largo plazo.